viernes, 31 de diciembre de 2010

Papá



A veces el tiempo
se termina
y entonces da igual 
que sea 2, o 3, o 31,
martes, o mañana.
Todo se hunde
en ese gran vacío
donde fueron a dar
tus huesos cansados.
Hoy es otra vez fin de año
y no me importa,
no habrá nunca más
un año que contenga tu risa y tu voz,
todos estarán llenos de tu ausencia.

miércoles, 29 de diciembre de 2010

¡¡Chau 2010!!



Si fuera tan fácil como empezar de cero, pero no es así, sólo se trata de seguir adelante con la vida, no hay un corte entre año y año, es una línea continua que nos empeñamos en dividir, marcando hitos. Si así fuera podríamos separar la vida en años buenos y años malos: creo que eso es válido para las cosechas o los vinos, nada más. 


Pero así y todo, es bueno marcar la diferencia, tomarnos un descanso para mirar hacia atrás y evaluar qué tan bien -o mal-  hicimos las cosas y proponernos metas nuevas y mejores para el año que viene.  Así que en eso ando, revisando este blog y los otros que tengo.  


El manual del buen bloggero, indica jamás evaluar lo ya publicado y mucho menos hacer declaraciones de principios que no se podrán cumplir, así que no voy a salir con que no tengo tiempo, que voy a dejar de publicar, o que, por el contrario, me voy a proponer una entrada cada determinado tiempo, no señoras y señores, simplemente quiero decir que no sé que será del próximo año bloggero para mi, pero que siempre que puedo los leo, que me gusta mucho esta comunidad que conformamos y que me encanta sentirlos cerca, pero que nunca se sabe.


Para todos mi abrazo agradecido por un año más de amistad, de buenos momentos, de lecturas magníficas, de aprendizaje constante.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Árabes en la región


Siempre había escuchado que en la zona donde ahora vivo había una gran colonia árabe.  He averiguado    algo más de la migración espontánea a Chile,que comenzó hace cerca 150 años atrás y que hoy suma la colonia palestina más grande del mundo con algo así como 500.000 personas, esto sin contar una gran cantidad de sirios y libaneses.

La mayoría de los palestinos que llegaron a Chile venían huyendo del Imperio Otomano debido a que profesaban la religión cristiana, pero también vinieron muchos musulmanes. Siendo los turcos otomanos sunnitas, también perseguían a los musulmanes shiitas.

En los primeros censos donde aparecen estos inmigrantes, a fines del siglo XIX, lo hacen como súbditos del Imperio Otomano, de allí que los chilenos llamasen "turcos" despectivamente  a todos los árabes que llegaban.  No me referiré a nuestra supuesta hospitalidad con los extranjeros, por que daría para un libro y no es mi idea, sólo quiero puntualizar que los inmigrantes árabes tuvieron que lidiar, como todo emigrante, con una población local reacia a su presencia, por decir lo menos. Así y todo, se han hecho su lugar en nuestra sociedad, su carácter afable, sus aportes al país y su exquisita cultura les ha permitido ganarse ese espacio.
Hace poco caminando por la ciudad de Quillota encontramos este bello lugar donde disfrutamos de las delicias de la cocina árabe, supimos también que se trata del Club Árabe más antiguo de Chile y que hace poco han estrenado esta nueva sede abierta a toda la comunidad,  que cuenta con comedores y salones donde se pueden hacer reuniones sociales, asistir a clases de gimnasia, danza y hasta ¡tango!
Ese día había también una hermosa exposición del Club de Jardines de Quillota.


Este adorno a la entrada de la exposición es una muestra de los frutos que han hecho tan famosa a esta zona en todo el país: chirimoyas, paltas y cítricos, también verán unos nísperos. Faltan las lúcumas. 

Fuente: www.es.wikipedia.org.

martes, 23 de noviembre de 2010

El mar está muy cerca de mi casa

Cerquita de aquí está el mar

A veinte minutos nada más, cuando nos cansamos de los cerros, podemos ir hasta el mar para empaparnos de sal y ese ruido de olas que es música para los oídos de quienes hemos crecido junto a él. A veces lo extraño, pero tengo esta enorme suerte de estar tan cerca.

En el camino hay bellos sitios donde  parar, la zona de Con-Con llena de lugares para comer una empanada de mariscos, o platos algo más elaborados con los mariscos y pescados de nuestro mar Pacífico.
El borde costero esta repleto de locales como éste. En el verano hay que hacer fila para conseguir una mesa, pero ahora, mientras el calor todavía no  es tan fuerte es un placer sentarse por las tardes a mirar la puesta de sol y brindar con un buen vino del país.


martes, 16 de noviembre de 2010

Turistas

Plaza Independencia, Montevideo.

Los turistas son como escolares guiados por una maestra en un recorrido sorprendente.  Se dejan llevar, inocentes.  Viejitos realizando un sueño, parejas de enamorados perdidos en la contemplación del vacío, simulando escuchar las explicaciones de la profesora, se abrazan y besan sin descanso esperando volver pronto al cuarto del hotel a terminar la tarea comenzada a pleno sol.  Mientras muchachas tiernas fotografían cada rincón de la calle que jamás volverán a pisar, como si así pudiesen aprehender el segundo que se esconde tras las paredes y entre los árboles.

Ser turista debe ser como ir al cine: todo sucede en una pantalla que nunca podrán alcanzar.  Todo quedará suspendido en el pasado mientras ellos toman sus aviones de regreso y aquí volverá el vendedor de recuerdos cada día a su puesto en la calle Sarandí con sus amatistas y sus mates, el mozo seguirá cada mañana sirviendo café en La Pasiva y el policía recorrerá cada rincón de la Ciudad Vieja, mientras ellos, los turistas, nunca lo sabrán.


(Esto lo escribí  sentada en una plaza viendo pasar los turistas en mi última visita a Montevideo, lo traje ahora después de ver un muy buen post en un blog que no recuerdo!  donde el autor se queja de que los turistas no le permitieron tomar una buena foto.)

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Y la vida cambió

Cambió mi vida de manera inesperada.  Por que cuando vine por primera vez a este sitio donde ahora vivo,  pensé: "qué linda vista, aquí me gustaría vivir, algún día".  Pero eso fue hace largo tiempo, luego vino el regreso a Chile después de casi veinte años viviendo en otros países, luego el año y medio en Santiago con su smog y su neurosis combinado con las visitas casi semanales a la construcción de la casa, discusiones sobre colores, tamaños, espacios, ventanas, puertas, pisos que empezaron a hacerme colapsar y hasta reconsiderar la conveniencia de seguir con el proyecto de venir a vivir al campo.

Ha pasado un mes solamente desde la mudanza, la casa ya está habitable y los amigos y la familia vienen los fines de semana a visitarnos, exclaman extasiados ¡qué linda vista! y luego se regresan a la maraña de la capital pensando que estamos locos, que vivir aquí es casi como estar confinados, no lo dicen, pero se les nota en la mirada.
Pero yo ya sé que no podré volver, que es aquí donde he encontrado mi espacio y mi tiempo, que ya estos árboles forman parte de mi vida, así como mis nuevos vecinos: la señora que nunca ha salido de San Pedro,  los niños que todavía juegan a elevar volantines y van a caballo a la escuela, los hombres que no saben hacer otra cosa que cultivar la tierra para darnos de comer a todo un país,  toda esa gente que me ha hecho sentir parte de sus vidas a pesar de sólo llevar pocos días viviendo entre ellos, por que aquí todavía no se ha patentado la malicia y nadie te mira con desconfianza.
No serán los "Crepúsculos de Maruri", pero sinceramente los prefiero, estos son míos, son únicos y los disfruto en el más absoluto silencio. 
Esta gata estaba en la casa cuando llegamos, es pequeña todavía, tiene como cuatro meses,le llamamos Albita por que tiene los colores del Colo-Colo, es una gata de campo, intrépida e insólita, me acompaña cada mañana a subir los cerros, a veces se distrae cazando algún pajarito y vuelve cansada por las tardes a dormir su siesta en la cocina, se han hecho amigas con mi perra y se llevan de maravilla.



viernes, 29 de octubre de 2010

El domingo de mañana fuimos a pasear por el pueblo.  Creo que no hay gran diferencia entre los pueblos de un país u otro, la cadencia de los tiempos, la inocencia en las miradas, los borrachitos simplones, el vendedor que se quiere pasar de listo con los afuerinos, las niñas que se asoman tras los visillos a ver pasar al chico de sus sueños, las viejas sentadas en la vereda hablando de los vecinos.  Todo ello me hace pensar recurrentemente en aquella canción de J.M. Serrat, "Pueblo Blanco", de donde estas estrofas dan vueltas en mi cabeza.


"El sacristán ha visto
hacerse viejo al cura.
El cura ha visto al cabo
y el cabo al sacristán.
Y mi pueblo después
vio morir a los tres...

Y me pregunto por qué nacerá gente
si nacer o morir es indiferente."


 La plaza ha de ser parecida a muchas plazas de mi país, tantas destruidas por el terremoto de febrero. Esta, bastante más al Norte del epicentro, sobrevivió, entre otras cosas, por que no tenía esculturas que se cayeran. Hay que decirlo, es una plaza muy pobre, donde el césped no le hace honor a su nombre:
Sin embargo, encontramos flores que al menos yo, no conocía y que me impresionaron por su belleza, estas  por ejemplo. La foto es pésima, no se nota la peculiaridad de la planta, sus ramas son de color violeta tiene algo que parecen las raíces anaranjadas  que están a la vista como unas patas sosteniendo la planta, ojalá alguien la conozca y me pueda decir el nombre:
A la entrada del pueblo hay un pequeño mercado de frutas y verduras. El sabor de los productos no se compara con los que comprábamos en los supermercado de la ciudad, es notoria la diferencia, la frescura y la intensidad de los sabores.  Estamos viviendo en una zona netamente horto-frutícola, de donde los tomates son ya una leyenda (los famosos limachinos). Los productos que podemos comprar en el mercado local son probablemente aquellos "de rechazo", esos que no dan la talla para competir en los mostradores de las grandes cadenas alimenticias, zanahorias pequeñas, beterragas deformes, frutillas la huerta propia, huevos de la gallina del patio, todo con sabor de verdad.

Al preguntarle al vendedor a qué horas cierran el mercado la respuesta fue precisa: "a la oración".



miércoles, 29 de septiembre de 2010

Los grandes cambios en la vida no suelen ser percibidos en su justo momento y dimensión. En lo que va del año he sido golpeada duramente por acontecimientos de divulgación pública y por otros muy íntimos. He aprendido de la grandeza del ser humano y  he sufrido  por  su bajeza, esos dos extremos que toca el péndulo y a los que nadie es ajeno, sólo es necesario hacer una pequeña introspección para saber que en cada uno de nosotros conviven esas dos fuerzas que se atraen.  

En medio  de terremotos, mineros enterrados vivos a setecientos metros bajo tierra, presos Mapuches en huelga de hambre, enfermedades y muertes inesperadas,  estoy por hacer un cambio muy importante en mi vida, lo que me trae nuevas alegrías, y por eso quiero compartir esta sensación con ustedes, se trata de algo largamente buscado: en pocos días más me iré a vivir a una casa que hemos construido en el campo, en lo alto de un cerro,  donde no será fácil llegar, no tendré vecinos, ni shoppings, ni gimnasios, ni cafés a la mano, sólo un gran cielo estrellado por las noches y una vista increíble al Valle del Río Aconcagua y la Cordillera de los Andes.   

Allí en mi nueva vida, nada cambiará, lo afectos serán los mismos, los recuerdos irán conmigo, y los proyectos tomarán una nueva dimensión.  Estaré más cerca de lo que fui y más lejos de lo que no quiero ser.  Es posible que tarde un poco en volver a visitarlos y escribir: el tiempo que me tome poner mi nueva casa en orden, pues "san internet" llega a todos lados, por ahora.

Un abrazo a todos y nos seguimos leyendo.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Treinta y tres mineros en el corazón de un escritor

EL ESCRITOR CHILENO HERNÁN RIVERA LETELIER HA ESCRITO ESTO QUE ME PERMITO COPIAR ACÁ, TODA MI ADMIRACIÓN PARA ÉL.


Me han pedido mucho que escriba sobre los mineros sepultados en la mina San José, de Copiapó.
Me han llamado medios de distintos países, me han ofrecido estipendios por artículos de tantas palabras o caracteres en diarios, en revistas, en sitios de Internet, y hasta me han ofrecido hacer un guión para una película. "Porque usted fue minero, nos interesa su visión de lo que está ocurriendo con esos 33 hombres".
Yo me he negado sistemáticamente. Solo he aceptado entrevistas. Ahora escribo para explicar por qué me he negado. Me he negado justamente por eso, porque también fui minero, y escribir ahora sobre estos compañeros sepultados, hacer literatura con su tragedia, sería como sentarme a escribir un cuento o un poema ante el lecho de muerte de mi padre, de mi hijo, o de mi hermano. No sirvo para eso. Mi ética no me lo permite.
Puedo ser un hijo de puta en muchos aspectos, pero nunca en algo como esto. Mi ética es mi estética y viceversa. Estoy sufriendo la tragedia como la estamos sufriendo todos, he llorado como hemos llorado todos, grité de felicidad como todos cuando supe que estaban vivos -no salí a tocar la bocina de mi auto porque no tengo auto, pero en casa izamos una bandera rayada con un mensaje de fuerza y esperanza-, y aunque nunca fui ni seré un patriotero -me carga por ejemplo que toquen el himno nacional en los partidos de fútbol- el corazón se me puso como un puño cuando oí sus estrofas saliendo desde las fauces de la tierra, épicamente desentonadas por la voz ronca de estos 33 chilenos humildes.
Yo andaba por Centroamérica cuando me enteré de la noticia. Al primer medio que me llamó desde Chile -los mineros llevaban cuatro o cinco días enterrados- les dije que si esos hombres no habían muerto sepultados por el derrumbe, iban a sobrevivir hasta que los encontraran.

Dije textualmente que me los imaginaba allá abajo organizándose, dándose ánimo entre ellos, narrándose historias, contándose chistes, inventando mentiras. Que los mineros, como los pescadores, eran hombres acostumbrados a luchar contra la adversidad, contra la fuerza de la Naturaleza, que eran ingeniosos, que eran aperrados, que no se echaban a morir fácilmente. Que eran muy creyentes.

Ahora que saben que sabemos que están vivos, ahora que saben que sus familias los esperan, y entienden que tendrán que soportar aún una larga espera, su ánimo no desmayará, seguirán resistiendo. De eso estoy seguro. Son 33, un número sagrado. Yo cuando era niño y vendía diarios por las calles -en uno de mis libros lo consigno-, solo vendía 33 diarios, con eso me alcanzaba para comer y nunca me quedaba con diarios que regresar. Treinta y tres era la edad de Cristo, y eso me daba suerte. Soy supersticioso igual que todos los mineros. El 33 es el número de la muerte y la resurrección.

Ellos estaban muertos y resucitaron. Dos cosas solicito para estos mineros, si es que se pudiera. Solo dos cosas. La primera, al Gobierno, que no desaproveche esta oportunidad de oro que tiene de pasar a la historia -junto a los 33-, haciendo cambios profundos en la legislación laboral de la pequeña minería, para que nunca más vuelvan a ocurrir desdichas como esta -y de pasadita que haga colgar de los testículos a los dueños de la minera-.

La segunda va para los medios de comunicación: que no transformen esta larga temporada en el infierno de nuestros compatriotas en un vulgar reality show. Una vez que estén afuera que hagan el espectáculo que quieran -con su anuencia o sin ella-, pero por ahora que respeten el dolor, el suplicio, el padecimiento indecible que significa estar ahí, con millones de toneladas de roca encima, a 700 metros por debajo de la vida, en la boca del estómago del mismísimo infierno. Pónganse en su lugar. A ver si alguien puede siquiera imaginarlo.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

DIA INTERNACIONAL DEL BLOG: 31 DE AGOSTO

 AMIGOS: ¿Sabían que teníamos un día internacional?, yo me vengo enterando y éste es el tercer año que se celebra.  No sé bien cómo se hace para celebrarnos. Después de un breve "gugleo" encontré que algún bloguero  inventó este día para que los  blogueros se conozcan entre sí, lo cual es un despropósito en sí mismo, pues eso no se hace por decreto, sino por esto que se va dando en la cotidianidad de las visitas, los mails entre aquellos que encuentran mayor afinidad, creándose lazos impensados hace diez años por ejemplo, de donde nacen amistades que sospecho tendrán la misma firmeza que aquellas cultivadas en torno a la taza de café, el buen trago  o el asado dominguero. Amores también han nacido y siguen naciendo por esta vía, he conocido parejas hermosas que se han forjado en un comienzo a través de la pantalla.

Por mi parte yo disfruto de este espacio virtual en silencio, como en un rinconcito de la vida, donde voy poniendo algunas de las cosas que me importan, menos de las que quisiera, por alguna razón que sólo un bloguero entenderá, no dejo de ponerme mis propias censuras.  Por eso admiro tanto a esos otros bloggeros que sí se empeñan y siempre están pensando en lo que van a publicar el día siguiente.  No voy a hacer una lista de los  blogs que sigo, es cuestión de que miren nada más al costado derecho de mi página. 

Este es un mundo genial, con sus propios códigos y donde cada uno sabe hasta donde quiere llegar. Por ahí leía a un periodista que decía que los blogueros somos periodistas frustrados que no nos animamos a publicar en la prensa escrita, obviamente se trata de alguien que para variar, mide a los otros con su propia vara, yo sinceramente, no estoy "ni ahí" con que me lea más gente que ustedes.

Es evidente que en el último tiempo me he dedicado más a leer a mis amigos blogueros, que a escribir en mi sitio, pero no se crean que es falta de interés u olvido.  aquí entre nos, como siempre, les digo que el cambio de país me ha dado vuelta la cabeza, todavía no encuentro el lugar preciso desde donde expresarme, trabajar y crear, y reconozco con vergüenza que estoy estacionada, por no decir paralizada , quizás por  tanta información que vengo recibiendo en los últimos dieciocho meses, de modo que en vez de usar mi tiempo frente a la computadora he optado por caminar la ciudad, oír las voces que tanto tiempo no pude oír,  y esperar que mi corazón y mi cabeza tomen un ritmo de normalidad.  Por mientras y hasta que eso ocurra, los seguiré leyendo y queriendo como hasta ahora.


¡Ah! me olvidaba: ¡FELIZ DÍA INTERNACIONAL DEL BLOG!

lunes, 19 de julio de 2010



¿Qué dirán los arqueólogos del futuro cuando desentierren estos "conchales"?. Yo por mi parte, he quedado invadida de una extraña desolación, preguntándome si es necesario echar abajo tanta montaña, envenenar tanto río, para esto.

miércoles, 7 de julio de 2010

Durmiendo a cielo abierto


"Desde que llegué a vivir al barrio siempre lo veía al salir cada mañana: se levantaba de la vereda, amarraba su colchón con sus frazadas y salía caminando hacia la calle Sazié, donde pasaba el día lavando autos.  De tanto vernos terminamos saludándonos y hasta haciéndonos un poco amigos.


Un día no lo ví más; hasta que pasadas unas semanas lo volví a encontrar lavando autos: ahora tengo novia, me dijo, así que arrendé una pieza por treinta lucas aquí a la vuelta." 

Nota: Suelo limitarme  a la hora de tomar fotos que puedan incomodar a los "modelos".  En este caso el hombre dormía tan profundamente que no tuvo cómo enterarse de mi atrevimiento. Eran las diez de la mañana de un día frío, aunque soleado, no corresponde al personaje de la historia, pero sirve para documentarla. El verdadero personaje se ha tornado en un amigo muy cercano y me alegra enormemente que ya no duerma a cielo abierto y que haya encontrado el amor.

viernes, 25 de junio de 2010


Esta pareja vive en La Moneda, claro que del lado de afuera.  Hacía muchísimo frío esa mañana y mientras los oficinistas caminaban ensimismados apretando entre sus manos una taza de cartón con café, estos dos animalitos se acurrucaban en un recodo del edificio para darse calor. 


Cómo hemos perdido la capacidad de acercarnos en la ciudad. Los llamados "humanos" desconfiamos del que pasa a nuestro lado, en cambio estos dos perros no tienen inconveniente en abrazarse y apoyarse en medio del asfalto.


Los perros de La Moneda no son pocos, y son un misterio sin resolver.  Dicen que para los cambios de mando la "autoridad" ordena desaparecer los perros, cosa que sucede por un par de días, pero luego vuelven y siguen reinando en la Plaza de la Constitución. 

lunes, 17 de mayo de 2010

Mujeres del BIcentenario

"Con motivo de la conmemoración de los 200 años de los primeros intentos de emancipación de los pueblos americanos que han dado lugar a múltiples eventos, este grupo de amigas y escritoras argentinas y chilenas, ha decidido homenajear a las que no escucha que se nombren en los discursos oficiales.
Aquellas mujeres, que ni un paso atrás ni uno adelante, sino que juntos, codo a codo con sus maridos, sus amantes, hijos, hermanos, o por convicción, ayudaron a que años después se consiguiera la ansiada independencia. O como dicen los que saben: Sin las mujeres, América nunca hubiera alcanzado su libertad".


MUJERES DEL BICENTENARIO 

Francisca Xaviera Eudocia Rudecinda de los Dolores Carrera y Verdugo, nació el 10 de marzo de 1781 en Santiago de Chile. Fue la mayor de cuatro hermanos, luego vendrían Juan José en 1782, José Miguel en 1785 y Luis Florentino en 1791, mimado y protegido de Javiera.  Los cuatro hermanos Carrera tendrían una destacada presencia en la Independencia de Chile. Francisca Xaviera pasó a la historia de Chile como Javiera Carrera.

La familia Carrera se destacaba por su intelectualidad y refinamiento. En su hogar se reunían hombres ilustres. Así fue como los cuatro hermanos se imbuyeron de las ideas de Montesquieu, Voltaire y Rousseau.

Francisca Javiera era de naturaleza apasionada, dominante y astuta.  Apoyó a sus hermanos motivada por su ambición. Fue la ideóloga de los planes de lucha para libertar a Chile. Era también una mujer rencorosa, sagaz y muy hábil.

Su odio  por San Martín, Luzuriaga, Juan Martín de Pueyrredón, Godoy Cruz y los Larraín fue manifiesto, los culpaba de ser los causantes de la caída política y económica de su familia.

Como "se usaba" en esos tiempos, Javiera se casó a los quince años con un señor de la Lastra, quien murió dos años más tarde en un avalancha en la cordillera, dejándola viuda y con dos hijos.

Ya en 1800 la encontramos casada nuevamente con Pedro Díaz de Valdéz, con quien tuvo cinco hijos, a los que se dedicó durante los primeros diez años de este matrimonio, luego cambiarían las cosas:

En 1810 comienzan los movimientos independentistas en América y Javiera se comprometerá con la lucha por la liberación de Chile.  En abril de ese año su esposo viajó a Europa, durante ese tiempo mantuvieron una nutrida correspondencia que se conserva hasta hoy, no son cartas de amor, sino que en ellas desarrolla su faceta de confidente y consejera política. En  esas cartas Javiera siempre se firmará como Francisca Javiera de Carrera o F.J.C., es decir, con su nombre de soltera. 

En 1811 regresaron a Chile su esposo y su hermano José Miguel quien venía con el cargo de sargento mayor de los Húsares de Galicia, venían ambos marcados por la experiencia de la caída de la monarquía española bajo las tropas de Napoleón.

Se hablaba de que Fernando VII estaba en prisión, con la consecuente acefalía en los gobiernos de América. Era el momento propicio para plantear la independencia.  Los criollos chilenos organizan un golpe para el 4 de septiembre. Los hermanos Javiera, Juan José y Luis participan en los movimientos locales. Luego llegaría José Miguel, el más caudillo de los hermanos y se lanzan a una lucha más organizada y con metas más concretas.

La revolución dividió al pueblo de Chile Por un lado los Larraín y sus seguidores y por el otro los Carrera.  La que lideraba el bando era Javiera, quien escondía a los soldados en su casa,  recibía por las noches las carretas con los "huasos" (campesinos) y cargadas de armas para repartirlas en la ciudad. Tan significativa fue su participación, que los revolucionarios usaron como contraseña la frase "Viva Panchita" en honor a ella, Panchita es el apodo que se da en Chile a las Franciscas.

El grupo de Larraín se hará cargo del gobierno una vez que triunfa la revolución el 4 de septiembre, pero el 2 de diciembre de 1811 José Miguel Carrera depone a las autoridades y disuelve el Congreso. Iniciando así el dominio de la familia Carrera durante el período denominado:

La Patria Vieja:

Este período durará hasta octubre de 1814. Javiera no ocupó ningún cargo evidente, pero se desenvolvió de forma anónima dentro de la esfera del gobierno como asesora y consejera, y su influencia fue siempre incuestionable.  Si figura despertó resentimientos y críticas: Se le atribuyó el haberse hecho cargo de situaciones que le correspondían a su hermano y en lo social ¡horror de horrores! canceló en Minúe en los salones, imponiendo la zamba y zapateos, que representaban lo americano.

En ese período Javiera creó la primera bandera azul, blanco y amarilla (por el cielo, la nieve de las montañas y el trigo de los campos, mmmm, muy original no estuvo). La bandera la presentó por primera vez el 4 de julio durante la celebración de la independencia de los Estados Unidos como un claro mensaje de repudio a la corona española.

La presencia de tropas realistas en marzo de 1813, enviadas para terminar con los movimientos independentistas obligó a José Miguel a formar el ejército para detener el avance realista.  Javiera colaboró enérgicamente en la lucha: llevó y transmitió mensajes, movilizó grupos de mujeres para confeccionar vendas y ropa y organizó un grupo de enfermeras para asistir a los heridos.

Los ejércitos se enfrentaron en 1813 y 1814. A raíz de la grave posición de las tropas chilenas, José Miguel fue obligado a ceder el mando militar a Bernardo O'higgins, quien posteriormente se convertiría en el mayor enemigo de los hermanos Carrera.

En octubre de 1814 con el "Desastre de Rancagua", los españoles toman de nuevo el poder, Carrera y O'Higgins deben exiliarse en Buenos Aires y Mendoza con sus familias.  Estos lugares además de ofrecerles seguridad, serán la base para reorganizarse.

Javiera no dudó en seguir a sus hermanos al exilio dejando en Chile a su marido y sus hijos.

Mendoza y Buenos Aires

Doce días tardaron los Carrera en cruzar la Cordillera, unos días antes había llegado O'Higgins. El Gobernador Intendente de Cuyo era José de San Martín. Se sabe muy poco de la vida que llevaron allí los hermanos Carrera. Pronto serían obligados a dejar Mendoza por San Martín, fueron escoltados por treinta Dragones, para evitar que se volvieran y luego de veintidós días de viaje llegaron a Buenos Aires.

La estadía en Buenos Aires fue tan difícil como en Mendoza. Los primeros años debieron desempeñar todo tipo de trabajos, Javiera y sus hermanos pintaron naipes, fabricaron comidas criollas chilenas y montaron una pequeña fábrica de cigarrillos.

La casa de los Carrera era centro de intrigas y conspiraciones. Concurrían a las tertulias destacados porteños como Carlos María Alvear y French. Se trataba de buscar apoyo para libertar a Chile desde Buenos Aires, buscando apoyo también en Brasil y Estados Unidos. José Miguel viajaría a ése país en busca de una escuadra. El papel de Javiera en esos años fue de apoyo y refugio para los chilenos , su casa era lugar de encuentro y también de información.

Gobernaba Buenos Aires Juan Martín de Pueyrredón, cabeza de la Logia Lautaro. José Miguel volvió de Estados Unidos pertrechado de armas, una imprenta y municiones.  No se trataba de un momento muy tranquilo para los Carrera. El 14 febrero de 1817 San Martín obtiene un gran triunfo en Chacabuco contra las fuerzas realistas y O'Higgins fue nombrado Director Supremo, inaugurando la Patria Nueva. Comienza aquí el ocaso de los hermanos Carrera, al tratar éstos de oponerse al "nuevo orden" fueron cayendo, primero serían fusilados Luis y Juan José en Mendoza.

La gran desdicha de Javiera hizo que actuara con mayor vehemencia. Se dedicó a repartir proclamas en contra de San Martín, O'Higgins y Pueyrredón, hasta que fue sometida a arresto domiciliario. José Miguel huyó a Entrerríos. Javiera fue trasladada a la Guardia de Luján incomunicada, allí se debilitó y enfermó. Pero vuelve a Buenos Aires gracias a la intervención de algunos amigos, allí se hospedaría en la casa de las hermanas Dámasa y Manuela Cabezón. A comienzos de 1820 Javiera se escapa a Montevideo, donde vivirá cuatro años una vida tranquila, pero siempre preocupada de su hermano José Miguel.

El 31 de agosto de 1821 cayó prisionero José Miguel en Punta del Médano, San Luis, se lo trasladó a Mendoza, junto con otros caudillos. Allí tras un juicio sumario fue sentenciado a muerte. Javiera hizo lo imposible por tratar de salvarlo, así como había hecho antes con sus otros dos hermanos, pero nada pudo, el 3 de septiembre de 1821 José Miguel Carrera fue fusilado junto con otros insurrectos.

Javiera volvió a Chile sólo cuando supo que el enemigo jurado de su familia, Bernardo O'Higgins  había dimitido en febrero de 1824. Hizo el viaje por mar, para no tener que pasar por Mendoza donde habían sido fusilados sus tres hermanos.

Una vez de vuelta en Chile bregó por recuperar los cuerpos de sus hermanos, los que finalmente fueron repatriados en 1828. En la actualidad esos restos están enterrados junto a Javiera en la Catedral de Santiago.

Javiera vivió sus últimos años sumida en la tristeza de sus recuerdos, murió el 20 de agosto de 1862.

Por favor pasen a visitar: 


sábado, 27 de febrero de 2010

Terremoto

Queridos amigos: Escribo preocupadísima por Beatriz y su familia, espero que estén bien, desde aquí un abrazo solidario para ellos. Me alegro saber que Ulyses está bien, aunque sin noticias de su familia del sur, nosotros también tenemos familia en Concepción y vivimos horas de mucha angustia sin tener cómo saber de ellos, todo colapsó, y todavía sigue igual. Estoy escribiendo gracias a que tengo un módem para internet móvil, es lentísimo, pero muy útil para estas ocasiones.

Gracias por las hermosas palabras que veo escritas en los blogs amigos y tan queridos, sepan que nos llegan muy adentro en el corazón.

La foto de arriba la tomé con mi móvil anoche. Como verán, si ponen atención (perdonen lo malo de la foto, pero no me animé a tomar más) los vecinos salieron a la calle, yo la primera, pues le tengo terror a los terremotos y no quería volver a casa: Así se vive un terremoto en Chile en un barrio cualquiera, todo el mundo a la calle con algo de abrigo, a ver qué tan profundo son los daños, de pronto aparece alguien con un radio portátil y luego de una media hora de ignorancia empiezan las noticias aterradoras y las instrucciones de las autoridades de no salir de casa, pero nada, todos estamos allí disimulando el miedo y buscando en la compañía de vecinos a veces desconocidos la contención que no nos atrevemos a pedir, pero que necesitamos desesperadamente. De a poco aparecen las sillas y ¡hasta los sillones! el café, los cigarrillos, el pisco y las mantas para tapar a los viejitos y los niños, nadie dormirá en su cama esa noche.

Diría yo que los que mejor la llevan son los niños, que en su inocencia no perciben el real horror que se comienza a vivir, ese que vendrá con el pasar de las horas con las noticias de los muertos, de caminos, puentes y túneles devastados, de casas y edificios en el piso, y de los familiares muertos y heridos. En nuestra familia hemos perdido a una abuelita lejana que quedó encerrada en su casa, a no poder abrir la puerta sufrió un infarto.

Los países sísmicos modelan el carácter de sus habitantes como lo hacen las guerras o las hambrunas, aquí aprendemos que sólo contando con el de al lado, siendo solidario y pensando en los demás podremos levantar nuevamente y echar a andar a este país que tanto amamos y tanto nos duele.

martes, 5 de enero de 2010

Paso Carirriñe



Este cruce fronterizo es pura felicidad, salvo que tengamos el genio agrio, es casi imposible que algo nos estropee el camino, ni siquiera una torrencial lluvia, nada improbable en en corazón de la Selva Valdiviana. Se trata de unir San Martín de los Andes (Argentina) con Licanray (Chile), dos centros turísticos siempre a tope en el verano sureño. En ambas ciudades lo que sobra son paisajes como de cuento, por desgracia un poco alterados por el bullicio y la falta de respeto de algunos visitantes, pero mi optimismo me hace pensar que con el tiempo aprenderemos.

No se trata de un Paso muy conocido y quizás por tratarse de un camino de ripio los viajeros prefieren esquivarlo, pero si no tienen prisa y un vehículo apropiado les recomiendo salir de San Martín de los Andes hacia el Norte para tomar la  la ruta que pasa por el lago Lolog, para luego llegar al Lago Currihue (el de la foto), nos adentraremos en el Parque Nacional Lanín,  con guardaparques dedicados y solícitos, camino de ripio en buen estado y buen sitio para  acampar en la cabecera del Lago. Nada es perfecto, pero está cerca de serlo, cada uno va a su tiempo, ciclistas, caminantes, automóviles, todos se saludan, sonríen y desean buen viaje.

Estas flores de Amancay pueblan el Parque, los árboles no nos quisieron decir su edad, pero me da la impresión de que están allí desde siempre: