Cambió mi vida de manera inesperada. Por que cuando vine por primera vez a este sitio donde ahora vivo, pensé: "qué linda vista, aquí me gustaría vivir, algún día". Pero eso fue hace largo tiempo, luego vino el regreso a Chile después de casi veinte años viviendo en otros países, luego el año y medio en Santiago con su smog y su neurosis combinado con las visitas casi semanales a la construcción de la casa, discusiones sobre colores, tamaños, espacios, ventanas, puertas, pisos que empezaron a hacerme colapsar y hasta reconsiderar la conveniencia de seguir con el proyecto de venir a vivir al campo.
Ha pasado un mes solamente desde la mudanza, la casa ya está habitable y los amigos y la familia vienen los fines de semana a visitarnos, exclaman extasiados ¡qué linda vista! y luego se regresan a la maraña de la capital pensando que estamos locos, que vivir aquí es casi como estar confinados, no lo dicen, pero se les nota en la mirada.
Pero yo ya sé que no podré volver, que es aquí donde he encontrado mi espacio y mi tiempo, que ya estos árboles forman parte de mi vida, así como mis nuevos vecinos: la señora que nunca ha salido de San Pedro, los niños que todavía juegan a elevar volantines y van a caballo a la escuela, los hombres que no saben hacer otra cosa que cultivar la tierra para darnos de comer a todo un país, toda esa gente que me ha hecho sentir parte de sus vidas a pesar de sólo llevar pocos días viviendo entre ellos, por que aquí todavía no se ha patentado la malicia y nadie te mira con desconfianza.
No serán los "Crepúsculos de Maruri", pero sinceramente los prefiero, estos son míos, son únicos y los disfruto en el más absoluto silencio.
Esta gata estaba en la casa cuando llegamos, es pequeña todavía, tiene como cuatro meses,le llamamos Albita por que tiene los colores del Colo-Colo, es una gata de campo, intrépida e insólita, me acompaña cada mañana a subir los cerros, a veces se distrae cazando algún pajarito y vuelve cansada por las tardes a dormir su siesta en la cocina, se han hecho amigas con mi perra y se llevan de maravilla.